Nací en Bulgaria, en la pequeña ciudad de Kazanlak, en 1984. Después de diplomarme en la Escuela Superior de Artes Aplicadas y Diseño, me fui a Alemania para trabajar y aprender el idioma. Me inscribí en la Academia de Bellas Artes de Múnich en 2006 y en 2012, obtuve allí mi licenciatura en Escultura. Hoy vivo y trabajo en Múnich, con mi mujer y mi hijo.
Desde pequeño dibujaba mucho a mano y, a medida que crecía, deseaba que mis dibujos fueran más concretos y tangibles. Así comencé a usar cuerdas, tubos y cables para ayudarme a dibujar en el espacio y crear mis objetos tridimensionales. Hace diez años, descubrí la posibilidad que podían ofrecerme los cables eléctricos y las bridas para cables y desde entonces comencé a trabajar con estos materiales inusuales. El cable es el material principal, pero las bridas para cable son un elemento extraordinario que une los cables. Es como una hoja en blanco sobre la que dibujar: el material de soporte que no puedes obviar. No es posible crear un dibujo sosteniendo solo un lápiz en la mano y dibujando en el aire. De la misma manera, yo necesito las bridas para unir mis líneas tridimensionales hechas de cables. La forma que se plasma por medio de este proceso no es solo estable, también es flexible. Además de usar las bridas como adhesivo para unir la forma que estoy tratando de realizar, las uso para comunicar otro aspecto de mi trabajo. A veces se ve por afuera de la obra, como medio para tener unidos los cables; otras veces se ven en el interior como extremos sueltos que apuntan hacia el observador. Las utilizo en este contexto para evocar emociones en el observador, como el miedo, el dolor o la alegría.